Editorial Aladena

LADRÓN DE ESPADAS es tu segunda novela. Ya eres escritor profesional… ¿o no te consideras como tal aún?

Más que profesional, me considero "reincidente", que no es poco. Mi medio de vida, hoy por hoy, es otro, mientras que la literatura es una afición, una satisfacción, un medio de escape y hasta un aliciente. Saber que lo que uno ha escrito lo van a leer otras personas, cada una con su vida, sus circunstancias, sus problemas, sus ilusiones y sus almas, y eso es mucho, al menos para mí. Llevo esto de escribir en la sangre (Jacinto Benavente era familia directa de mi madre) y en el alma, y eso me obliga a contar historias.
Sé que es un tópico, pero yo no escribo para ganar dinero, sino para conectar con quienes me leen en sus momentos más personales, y creo que todo buen lector sabe que el verdadero escritor es alguien muy ajeno a todo el circuito comercial que pueda existir en torno a una novela. Por eso, yo diferencio la vocación de la profesión, y lo mío con la literatura es pura vocación. La vocación del médico es curar, la del arquitecto es construir, el maestro, educa, y el escritor, para mí, tiene como último fin acercarse lo máximo posible al corazón de sus lectores y dejar allí un regalo, un regalo que a veces puede provocar una lágrima, otras una sonrisa, otras una reflexión, pero siempre dejando huella y emociones.
Ojalá pudiera vivir de lo que escribo. Entonces sí podría ser un profesional de esto, pero eso sólo depende de la capacidad de quien escribe y de la decisión de quienes le puedan leer.

Estarás de acuerdo conmigo en que es un trabajo totalmente diferente al anterior, al de LAS CONGREGADAS DEL VASO. ¿Por qué un registro tan diferente?

Estoy completamente de acuerdo en eso. LAS CONGREGADAS DEL VASO es una novela que escribí en un momento muy concreto de mi vida en que, por culpa de una bofetada vital, todo lo veía con los ojos de su protagonista masculino. Fue una etapa que me marcó profundamente y que no pude evitar poner por escrito. Sin embargo, por fortuna, mi vida volvió a dar un vuelco, esta vez para mejor, y lo que antes era pesar y oscuridad se convirtió en ánimo, esperanza y luz. Ahí tampoco pude evitar el ponerme a traducir ese cambio en una novela, y escribí LADRÓN DE ESPADAS.
Si te fijas, en LAS CONGREGADAS DEL VASO hay muchos puntos suspensivos, mucho que se deja intuir sin contarlo del todo, muchos silencios que hablan por sí solos, muchas lágrimas, mucho sufrimiento. En LADRÓN DE ESPADAS lo que he plasmado es la vuelta a la vida tras un calvario, así como la exaltación de unos valores fundamentales que son los que nos hacen personas y la alegría que todos hemos de sentir por el simple hecho de estar vivos y contar con alguien al lado.
No es otra la razón: distintos momentos vitales para distintas historias que escribir.

Tu primera novela era muy seria, muy histórica, muy oscura. LADRÓN DE ESPADAS es sin embargo muy rápida, ágil, irónica y mucho más divertida. ¿Cuál de ellas refleja realmente al verdadero León Asuero?

Como he comentado, cada novela refleja al León Asuero que la escribió en un preciso momento. De todas formas, espero que las circunstancias que me rodearon al escribir LAS CONGREGADAS DEL VASO, en la forma en que lo hice, no vuelvan a repetirse, y que mi situación actual sea definitiva. Realmente creo que el verdadero León Asuero se parece más al protagonista de LADRÓN DE ESPADAS.
Eso no significa que no vuelva a escribir novelas del estilo de LAS CONGREGADAS DEL VASO, pero también es cierto que, si lo hiciera volvería, a notarse lo contento que estoy con mi vida actual.

¿Qué te impulsó a escribir esta obra?

Pues fundamentalmente el poner de manifiesto una serie de valores que actualmente parecen estar en vías de extinción: la lealtad, el honor, la amistad, el cumplimiento de la palabra dada, la solidaridad, la honra (que no es lo mismo que el honor), la confianza y algunas otras. Cuando todo eso está presente en nuestras vidas, podemos estar contentos y felices, viendo el mundo con alegría y humor a la vez que con madurez, sentido común y compromiso.
Creo que Ladrón de Espadas es un compendio de todo eso.

La ambientas, como la primera, en Sevilla, tu ciudad. ¿Es para ti una ciudad especial para desarrollar historias?

Para mí Sevilla es algo muy importante. Sevilla está llena de Historia con mayúsculas y de historias, en plural. Esa es mi ciudad, con miles de cosas que contar.
En alguna ocasión se me ha dicho que tiendo a escribir historias localistas y costumbristas. Yo no estoy de acuerdo. Hay muchas novelas que transcurren en una sola ciudad, y no por eso son localistas. No voy a dar nombres, porque no me considero digno de compararme con nadie, pero si está bien escrita, tan buena puede ser una novela que transcurra en Oviedo como en Valencia o Sevilla y, a nivel internacional, en París, Londres o Turín.
De todos modos, LADRÓN DE ESPADAS no sólo transcurre en Sevilla, sino también en Londres, París o San Petersburgo.

Háblame brevemente del proceso de creación de LADRÓN DE ESPADAS.

LADRÓN DE ESPADAS surgió, como idea, en la primavera de 2005, durante un viaje a Londres. Estaba planeando una novela sobre esos valores de los que ya he hablado, y tenía previsto que iría sobre un ladrón de guante blanco que robaría en defensa de los mismos, rodeado por una serie de personajes de tan diferentes circunstancias que cualquier lector podría identificarse con alguno de ellos. Lo que no tenía claro es qué tipo de cosas robaría ese ladrón. La idea definitiva me vino en la Catedral de Sevilla en Noviembre de ese mismo año, al presenciar la procesión que en ese templo se realiza anualmente exhibiendo la espada del Rey Fernando III "El Santo". Mi ladrón robaría espadas históricas. Eso era todo un reto.

Las fases de creación de una novela no deben ser fáciles. ¿Cómo se desarrolló la de este título?

Lo primero fue crear los personajes, dotarles de vida, contenido y características propias. Yo imagino siempre hasta sus voces, sus olores, sus ropas, sus gustos, etc., aunque no se hable de alguna de esas cosas en la novela. Digamos que me gusta conocerlos a fondo. Cada personaje representa una actitud ante la vida y una forma de ser.
Después vino la trama en líneas generales. El protagonista roba algo con un fin muy concreto, y mezcla en su aventura al resto de personajes, que se ven metidos en una vorágine de aventuras y sucesos que les arrastra hasta situaciones insospechadas.
Y por fin, me di cuenta de qué era lo que debía robar mi protagonista: espadas históricas. Esto supuso un reto que me dio mucha "vidilla", pues me obligó a documentarme profusamente sobre determinados hechos históricos y también sobre las espadas que, junto a sus poseedores, en ellos intervinieron. Aquí conté con la ayuda de ciertas personas y entidades a las que nunca podré mostrar suficientemente mi agradecimiento (véase el correspondiente apartado de la novela).
Una vez escrita, revisada y corregida, la pasé a personas de mi confianza que me ayudaron a pulirla, y quedó lista para saltar a la arena del mundo editorial.

¿Te sientes satisfecho con el resultado?

Mucho. Es habitual oír a un autor decir que nunca entiende una obra como "terminada". En mi caso, creo que LADRÓN DE ESPADAS sí lo está. No le cambiaría nada.
De todos modos, habrá que esperar a ver si los lectores quedan satisfechos. De momento, la crítica es muy favorable, y eso es muy buena señal.

Cambiemos de tercio y hablemos de los personajes. Si por algo destacan es que son muy cercanos, muy familiares. ¿Se ven reflejados tus amigos (o tus enemigos) en ellos?

Hasta ahora, todos mis personajes (e incluyo la novela que tengo en prepa-ración), están basados de una forma u otra en personas reales a las que conozco de forma directa. Eso me facilita mucho el escribir sobre su forma de andar, el color de sus ojos, su ideología, sus aficiones, etc., sin que por ello las personas en que me baso tengan por qué ser en realidad asesinos, ladrones, policías o alcaldes.
Me gusta recrearme en describirlos, en darles vida, y en acercarlos al lector para que los sienta realmente vivos dentro de una historia que se apropia de todos ellos.

Todos los personajes son hijos del mismo padre. ¿Cuál de ellos es el que mejor recuerdo trae a León Asuero?

Como bien dices, todos son muy importantes para mí, pero si tengo que elegir algunos, me quedo con el increíble inmigrante vendedor de pañuelos de papel en su semáforo, Dawuilidagu Djimba Bantiulele, la entrañable y revitalizada Rebeca Lúmen y la descomunal policía trianera Aparecida Vargas.

¿Cuál ha sido el más díscolo?

Por definición, el más díscolo e irreverente ha sido el propio LADRÓN DE ESPADAS, conocido como "O". Le sigue muy de cerca el inimitable Dawuilidagu. A lo largo de la elaboración de la novela he tenido con ambos muchas pugnas y discusiones, porque cada uno de ellos me exigía su protagonismo a su manera.

Confiesa… ¿qué has pretendido contar con esta historia?

Fundamentalmente, una historia de aventuras donde prevalezcan esos factores que ya he enumerado. Vivimos en una época donde el materialismo y las avaricias personales pueden con todo lo demás, y quería mostrar el lado opuesto a esa situación porque, lo creamos o no, en este mundo aún quedan personas con palabra, honor y lealtad hacia los demás. Esas personas merecen que se diseñen programas especiales de protección al estilo de LADRÓN DE ESPADAS.

¿Crees que lo has conseguido?

Pues creo que lo voy consiguiendo, y para mí es una gran satisfacción el saber que hay colegios donde LADRÓN DE ESPADAS se está recomendando a alumnos de bachillerato, precisamente por los valores que se ponen de manifiesto en esta novela.
La verdad es que esta obra puede interesar tanto a chavales de quince o dieciséis años como a lectores completamente adultos. Todos lo van a pasar estupendamente leyéndola, y de camino van a recoger un mensaje que les va a hacer pensar seriamente en cosas que pueden marcar la vida de una persona.

¿Qué le dirías a alguien que te preguntase: "oye, ¿de qué va tu novela?"

Pues le diría que bajo la apariencia de una novela de aventuras con ciertos ramalazos de ironía e historia, se esconde ese libro donde puede encontrarse a sí mismo y también hallar cuáles son sus verdaderos valores humanos. En sus páginas hay espejos que no mienten y que mostrarán al lector ante sí mismo tal y como realmente es.

Habías publicado antes con Almuzara. Ahora lo haces con Aladena. ¿Por qué una editorial nueva para una novela de éxito?

El mundo editorial es muy complicado, y difícil de entender a veces. Los autores, en muchas ocasiones, nos vemos obligados a padecer un calvario con nuestras obras a cuestas de editorial en editorial, hasta que alguna decide que somos dignos de ser publicados.
Yo he tenido mucha suerte. Almuzara confió en mí desde un primer momento, publicándome LAS CONGREGADAS DEL VASO. Posteriormente, cuando les ofrecí LADRÓN DE ESPADAS, acabaron decidiendo que no era una que pudiera corresponder con su propia línea editorial, lo que me hizo ofrecerla a otras editoriales. Aladena se decidió muy pronto y de forma muy clara, optando por su publicación inmediata y haciéndose también con los derechos de LAS CONGREGADAS DEL VASO.
A veces, las grandes dimensiones de una editorial pueden ser un inconveniente frente a la agilidad y empuje de otras más pequeñas. De todas formas, el tiempo nos dará su veredicto.
Aldena ha apostado muy fuerte por ambas novelas, y eso es de agradecer en un mundo editorial como este en que vivimos. De momento, LADRÓN DE ESPADAS va marchando incluso por encima de las expectativas iniciales, así que las cosas marchan.

¿Qué futuro le ves a LADRÓN DE ESPADAS?

Yo creo que es una novela de largo recorrido. No soy un escritor famoso, por lo que mi nombre no tiene el tirón de otros autores. Es por ello que habrá que esperar a que poco a poco LADRÓN DE ESPADAS vaya dándose a conocer entre los lectores por el camino del boca a oreja (el boca a boca es otra cosa), aunque tengo confianza en que permanecerá en las mesas de novedades durante mucho tiempo. No creo que haya unas ventas espectaculares a corto plazo, pero sí un afianzamiento a medio-largo plazo, y eso, de cumplirse, es algo muy interesante, porque significará que mi trabajo no va con las modas, sino que contiene un mensaje digno de ser perpetuado.

¿Lo más bonito que te han dicho de LADRÓN DE ESPADAS ha sido…?

Los comentarios que más me han llegado han sido, por una parte, los relacionados con los distintos personajes, y por otra con la alegría de vivir que rezuman sus páginas.
Si tuviera que elegir algún comentario en concreto, me quedaría con estas líneas de la reseña elaborada por Joseph MacGregor en su blog literario MACGREGORADAS 2009<: >LADRÓN DE ESPADAS es una suerte de thriller humorístico, que no paródico, resultado de una explosiva mezcla que une la novela de género norteamericana o británica de toda la vida con la jerga y el amable costumbrismo típico andaluz de una obra teatral de los Álvarez-Quintero. Semejante coctel se manifiesta principalmente en la voz narrativa, que no es otra que la de Ladrón de Espadas y en algunos personajes como la agente de policía sevillana con nombre de protagonista de algún libro de Antonio Gala, Aparecida Vargas, o en los títulos de algunos capítulos. Esto se traduce en una suerte de sainete policiaco chispeante, fresco, divertido y optimista, que hace del costumbrismo su razón de ser y en el que lo más aconsejable es dejarse llevar si quieres disfrutarlo a tope.

¿Lo que menos te ha gustado fue…?

Pues, sinceramente, no he recibido ningún comentario desfavorable, ni mucho menos desagradable. Hay quienes me han hecho observaciones sobre determinados aspectos narrativos o me han sugerido algunas cosas, pero siempre de una forma constructiva que es de agradecer.

Por último, ¿qué querrías que la gente dijese de LADRÓN DE ESPADAS?

Pues, fundamentalmente, que es una novela que motiva al lector a leer capítulo a capítulo, siguiendo las peripecias y vivencias de sus personajes, al tiempo que le hace pensar a fondo sobre temas muy importantes y a enfrentarse a sus propias convicciones para revisarlas. En definitiva, lo que me gustaría que un lector dijese de LADRÓN DE ESPADAS es esto: "Léetela. No te la vayas a perder, porque te va a gustar de veras".