Editorial Aladena

El ladrón de espadas es un descarado y misterioso ladrón de guante blanco que se dedica a robar espadas históricas por todo el mundo, para luego devolverlas a cambio de un rescate, aprovechando de camino para hacer ciertas reivindicaciones que ponen de manifiesto la crueldad, injusticia e inutilidad de los conflictos bélicos.

Este es el argumento de la novela del escritor Miguel Ángel León Asuero –abogado, colaborador del Vice-Consulado de Grecia en Sevilla y autor de la exitosa obra LAS CONGREGADAS DEL VASO– en la que de forma trepidante, detectivesca y apasionada, sumerge al lector en un literario thriller diferente a cualquier otro.

Un ladrón que normalmente no actúa solo, o como mucho apoyado por su amigo David, un inmigrante que se gana la vida vendiendo pañuelos de papel por los semáforos. Pero todo esto cambiará cuando conozca a Rebeca, un mujer sumida en un profundo pozo de angustia vital a la que el ladrón de espadas decide alegrar la vida implicándola, sin que ella lo sepa, en el robo de la espada que el Almirante Nelson regaló a su lugar teniente, el Capitán Cockburn, poco antes de la batalla de Trafalgar.

Así, uno tras otro irán apareciendo Jack Pint, Yaroslav Mijailovitch o Aparecida Vargas, distintos y pintorescos personajes que dejarán huella en el lector mientras transcurre una aventura que empieza en Londres y acaba en Sevilla, donde el ladrón de espadas se atreverá con el robo de un acero legendario y milagroso: la espada de Fernando III el Santo.

Este libro pretende ser un homenaje a todas aquellas personas que se la han jugado y se la siguen jugando por ser leales y fieles a las promesas que hicieron en algún momento, eludiendo siempre la traición, el engaño y bailando el Tango de la vida como debe ser: con paso firme, vista al frente, y la cabeza bien alta... Porque, para mí, como para algunos más, la vida es como un Tango, un Tango con bandoneón de fuelle desinflao, voz dejada y curtida con acento arrabalero y atmósfera azul como humo de tabaco. Para vivirla, para bailarla, hay que dar grandes zancadas, manteniendo la cabeza alta y la mirada al frente cuando la música o la letra te hacen cambiar bruscamente de dirección –explica Asuero en su dedicatoria–. Habrá quienes, por no ser capaces de afrontar un Tango, vivan la vida con otros ritmos, con otros ritmos, con otros sones, con otras letras, pero para mí, para mí, la vida es como un Tango. Eso sí, un Tango no se baila en solitario. Hace falta alguien con quien compartir mejilla, a quien agarrar con fuerza y cuya mano sostener en alto. Líbrenos Dios de los Tangos traicioneros de bofetada y cuchillo en el liguero. Prefiero aquellos otros de roja flor apretada entre los dientes...

Así es la obra rubricada por Miguel Ángel León Asuero y publicada por Aladena, una novela divertida e interesante que irremisiblemente llevará al lector a identificarse con alguno de sus personajes, arrastrados por el descaro y el deseo de aventura de su protagonista, quien aprovechará sus robos para dar vida e ilusión a todos los que de una forma y otra se ven implicados, llevándoles contracorriente hasta un final espectacular, divertido, arriesgado y comprome-tido.